lunes, 3 de abril de 2017

Into the Badlands: Mad Max a golpe de espada

Las guerras fueron hace tanto tiempo que ya nadie las recuerda. La oscuridad y el miedo imperaron hasta la época de los barones, siete hombres y mujeres que sembraron el orden en medio del caos. La gente acudió a ellos en busca de protección. Y esa protección se convirtió en sumisión. Desterraron las armas de fuego y entrenaron a letales combatientes a los que llamaron Clippers. Es un mundo construido sobre sangre. Aquí nadie es inocente. Bienvenidos a Badlands.

De esta forma se presenta Into the Badlands, una de las series que más gratamente me sorprendió  con su primera temporada, tanto por su estética post-apocalíptica como por ese frenesí de artes marciales y luchas con espadas.

Un barón con sus Clippers
La serie se ubica en un futuro distópico de una región de Estados Unidos no especificada, en una sociedad que ha involucionado hasta un sistema feudal. Los barones gobiernan sus territorios con mano de hierro, conspirando entre alianzas y traiciones los unos contra los otros. Los Clippers son sus guerreros, todos los demás sus siervos, sus pertenencias. Sin olvidar a los Nómadas, los piratas o los esclavistas.

Como veis, no es que sea precisamente la mayor innovación del mundo, más bien la repetición del cliché que podemos esperar en cualquier obra de estilo similar. Aunque Into the badlands sí que cuenta con un par de puntos a destacar que, a mis ojos, hacen de ella una serie muy interesante.

El primero de ellos son los personajes. Pueden gustar más o menos, tener poco o mucho carisma, pero ninguno de ellos llega a ser anodino en absoluto. Daniel Wu es Sunny, el mejor Clipper de Badlands que, como no podía ser de otra forma, busca una nueva vida lejos de la sangre. M.K. es su joven protegido, poseedor de un poder oculto que hace de él alguien muy peligroso y codiciado.

Hasta aquí hasta a mí me resulta un tanto arquetípico y manido, pero los dos barones rivales que se enfrentan una y otra vez a lo largo de la primera temporada son los que de verdad otorgan fuerza a la serie. El barón Quinn, interpretado brillantemente por Marton Csokas, posee un carisma arrollador que oscila del encanto más atractivo y la locura más absoluta. Su enemiga acérrima es la atractiva viuda de Emily Beecham, una mujer tan despiadada como cualquier hombre y que no duda en servirse de sus "hijas", conocidas como Mariposas, para las misiones más sangrientas y peligrosas.

Sunny, el regente del Barón Quinn
El segundo punto destacable es la apuesta por los combates más marciales. Las espadas remplazan a las pistolas, lo que aumenta la cantidad habitual de hemoglobina en pantalla y las maniobras acrobáticas. Es imposible no ver la influencia del manga en los guiones, Trygun se me vino inmediatamente a la cabeza al ver a Sunny por primera vez, tanto para lo bueno como para lo malo. No a todo el mundo le gusta la exageración de ver como un hombre mata a treinta enemigos uno detrás de otro sin apenas despeinarse.

Into the Badlans puede no ser una de las series más recordadas de la historia, pero sí considero que merece la pena darle una oportunidad a los seis episodios de su primera temporada, aprovechando el estreno de la segunda hace tan solo un par de semanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario