De entre todos los remakes, reboots, secuelas, y un largo etc, que han dado el salto del cine a la televisión, la que más rechazo me producía de entrada era la serie de El Exorcista. Se trata de un clásico del cine de terror, una película que sentó muchas bases de lo que vino después, y que es, en definitiva, una obra de culto.
Quizá fuese porque mis expectativas eran tan bajas, pero confieso que me lleve una grata sorpresa con la serie. Cumple muy bien en su papel de secuela, aunque se inspira mucho más en el libro que en la película original, escenas fuertes pero tampoco en exceso, y que abría muchas puertas y tramas prometedoras. Si alguien no la ha visto aún, la recomiendo encarecidamente
Lo que nos lleva a su segunda temporada, que se estrena este día 29, que llegará a España de mano de la HBO, que en un papel similar al de Netflix, ofrece productos exclusivos, así como la distribución de series de otras producciones.
Siguiendo el final de la primera temporada, esta segunda temporada se dividirá en dos arcos argumentales. El primero de ellos, se centrará en los Padres Thomas y Marcus, que en su viaje para combatir el mal, llegarán a una casa de acogida, donde uno de los niños tendrá que enfrentarse a una fuerza poderosa que quiere servirse de él. El segundo arco, girará en torno al Vaticano, donde el padre Bennet, trata de sacar a la luz a aquellos que han dado la espalda a Dios.
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