lunes, 4 de septiembre de 2017

Alient Covenant o como repetir los mismos errores


Alien es una de las sagas cinematográficas más relevantes de la historia. Ha generado comics, libros, juegos de mesa, videojuegos... una de esas obras que se expande más allá de su ámbito de inicio, atrapando a distintas generaciones que le granjearon una legión de seguidores en todo el mundo.

Que Ridley Scott volviese a tomar las riendas de la saga que él mismo había iniciado, se recibió con gran expectación entre esos mismos seguidores. Más aún cuando se supo que la nueva película exploraría los orígenes del alien, de los Space Jockey y del mismo universo de ficción en forma de precuela.

Y llegó Prometheus, que terminó por generar tantos defensores como detractores. En mi caso, me resultó una buena idea mal, muy mal, ejecutada, con un guión con bastantes agujeros que no terminaba de funcionar más allá de la primera hora.

Por ese motivo, el anuncio de Alien Convenant, con Scott de nuevo a los mandos, y resolviendo el final previo de su anterior película, tuvo un efecto de ni frío ni calor. Una sensación que se mantiene tras haberla visto finalmente.

Debo decir que Alien Covenant cumple con lo que promete, es puro fan service. Vuelven los xenomorfos, escenas que recuerdan a Alien y Aliens, una nueva heroína que vendría a asumir el papel de Ripley... Al mismo tiempo, da carpetazo a los hilos abiertos tras el final de Prometheus, y estableciendo, más o menos, una concordancia entre las dos nuevas películas y las antiguas.

Entonces, ¿por qué falla? Principalmente porque repite los mismos problemas de guión que Prometheus, sobre todo con los personajes. De nuevo, se vuelve a ver una incoherencia en los que tienen más peso en la película, como toman una decisión para, justo después, hacer lo contrario, en unos bandazos argumentales para que avance la película.

Del mismo modo, si bien se puede ver casi una línea clara entre los xenos de Prometheus y lo ya conocido en Alien, el Octavo Pasajero, no llegar a librarse de la sensación de estar encajado a la fuerza. Y en algunos casos, deja con más dudas que respuestas.

Aunque si soy sincero, el mayor problema lo plantea que Ridley Scott no termina de saber lo que quiere hacer. Prometheus y Alien Covenant, son dos películas del mismo director, encuadradas en el mismo universo ficticio, casi una continuación la una de la otra. Y no pueden ser más distintas.

Si el destino último era esta Covenant, ¿para que Prometheus? Ahora mismo se queda como un prólogo largo que no sirve para casi nada. Con las explicaciones que da David en esta "segunda" película, no se necesita mucho más. El final de Prometheus termina siendo un tiro al aire, que cae por un sumidero del olvido.

Dudo mucho que la idea inicial de Scott para Prometheus 2 fuese hacer este Covenant. Es de suponer que la falta de respaldo de los seguidores más acérrimos de Alien, le hizo cambiar de idea, y por eso terminó por ofrecer este deleite para fans, que al final se queda muy por debajo de lo esperado.

Quizá, lo mejor sea que Scott ceda los mandos a otra persona, antes de que siga dilapidando aún más la saga o su propio crédito como creador. A lo mejor es posible retomar esa idea de James Cameron y Alien 5, explorar nuevos caminos, que terminen de sacarla de esa deriva de ideas en la que ha sido arrojada por Ridley Scott.

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